Acaponeta, Nayarit; Septiembre 07
de 2013 (Héctor Aguayo):-- En esta bendita tierra de Dios, la justicia está empezando
hacer maletas para no regresar, casos verdaderamente penosos es lo que viven
muchos hogares de esta región donde el malo de la película ahora es el buen
ciudadano o el que cometió un delito menor.
Hará un par de meses en esta
ciudad, un señor fue detenido por la policía municipal por haber robado
alimento para su hogar, el pobre hombre refundido por tres meses sin derecho a
fianza.
Por esos mismos meses la policía
municipal detuvo a una banda de malandrines con pistola en mano, cuchillos y
todo su equipo de artillería, como si fuesen sacados de una película de Rambo,
ellos tuvieron a bien ser encerrados y para sorpresa de todos, incluyendo al
director de la Policía Municipal, les llego la orden de liberarlos en tres
días.
Otro incidente vivido en pleno
centro de la ciudad, una señora fue asaltada en plena luz del día, la pobre
señora gritaba por ayuda, clamaba por que no la robaran o se la llevaran,
nadie, ni siquiera las enfadosas moscas que suelen ser molestas, estaban.
Un sonadísimo caso fue el
incidente perpetrado por un menor de edad que arrollo a dos menores de edad, a
una de ellas le afecto el talón y la otra persona fue a tratamiento de terapia,
el que hizo daño, solamente duro una semana bajo resguardo.
Estos son algunos de los ejemplos
de los muchos que existen en esta ciudad, y esta ciudad que tienen un raro mal
del cual todo ve, todo sabe, pero nadie actúa
y quien lo hace, sencillamente se hace de la vista gorda, dejando solo, a su
suerte, como si jamás les fuesen a pasar un trago amargo en sus vidas.
¿Justicia? ¿Qué es?, ¿Por qué todas
las personas de esta ciudad en donde se conoce quien es quien, ¿da la mano?, ¿Dónde
está predicación laica, de misericordia, ayuda al prójimo, amor a mi semejante?
Definitivamente hay un autoengaño o ¿cobardía? ¿Acaso será que la persona
implicada afecta ciertos intereses personales? O porque son personas conocidas.
Sea cual sea la respuesta, quien toma
cualquiera las anteriores preguntas, asume una posición tan corrupta, (como la
que tienen ciertos políticos tanto del Estado como del Municipio), tan
indeseables que pierden el poco brillo que pueda existir en una persona, pero ¿Qué
de las autoridades?
¿Qué hay de esas personas a
quienes se les ha confiado un cargo de profesionalismo, equidad, justicia y
actuar de manera pasiva ante este tipo de casos como muchos otros que se han
dado?
¿No piensan que esto daña la vida de otras
personas, que ponen en riesgo a más vidas tan solo por haberse vendido por unos
cuantos míseros pesos? ¿Se harán responsables dichas autoridades de las
consecuencias que se puedan desatar ante personas que son inocentes?
Es tiempo de realizar un cambio de mentalidad, de hacer a un lado ese lado mezquino, de no venderse, de no dejarse seducir por el cargo que hoy ostentan no sabiendo que el día de mañana desaparecerá en sus vidas y será tan común como uno de nosotros.
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