Junio 09 de 2018 (Néstor Chávez Gradilla [Cronista Municipal]):- En el presente artículo, hago un
breve y resumido repaso histórico desde sus más remotos inicios con el fin de
que tengan conocimiento, toda persona que tenga interés en este tema, sobre todo,
a estudiantes tanto de primaria, secundaria y preparatoria.
El 5 de mayo de 1888 el primer
Prefecto Político de Acaponeta, Sr. Don Luís Peregrina, después de haber
demolido lo que quedaba del viejo y ruinoso edificio de adobe y teja que servía
como Alcaldía o Casa Municipal, (que fue casi totalmente destruido por la
inundación ocurrida 7 meses atrás).
Realizó una ceremonia especial donde
colocó la primera piedra para iniciar los trabajos de instalación de los
cimientos que servirían para dar inicio de manera inmediata la construcción de
una nueva más grande y funcional Casa Municipal, frente a la Plaza Constitución
de 1857 por la calle Morelos en el mismo lugar que la anterior; pero 3 meses
después los trabajos apenas iniciados se tuvieron que suspender por falta de
presupuesto.
Pasados 3 años, el 4 de mayo de
1891, el Prefecto Político Sr. Don Néstor Hernández, reinició los trabajos con
mano de obra de los presos, borrachos recogidos de las calles y malvivientes y
con aportaciones económicas de los comerciantes, agricultores, industriales y
ganaderos acaponetenses, así como también con un generoso apoyo del Jefe
Político y de las Armas del Territorio de Tepic general Don Leopoldo Romano,
quien apenas 4 años atrás, tanto había ayudado a los acaponetenses durante la
terrible inundación del 7 de octubre de 1887.
En ese tiempo, era costumbre que
los Prefectos Políticos cada domingo en el kiosco de madera de la Plaza,
informaran con un megáfono (cono de cartón o de lámina) a la población de las
obras realizadas en esa semana, aunque esto frecuentemente se interrumpía, de
manera que no era siempre constante.
Así pues, el 7 de septiembre de
1891, informó que ya se habían traído varios cargamentos de piedra de cantera
en carretas jaladas con mulas para la instalación de los cimientos y ya
instalados, proceder a rellenar con piedra bola grande, cascajo y tierra
arcillosa.
El 2 de enero de 1894, entró
nuevamente a ocuparse de la Prefectura de la Municipalidad o Partido de
Acaponeta Don Luís Peregrina, quien informó a la población que ya se habían
colocado 87 metros más de cimientos con piedra de cantera y que probablemente
en junio de ese mismo año se terminarían de instalar.
El 7 de octubre de 1896, el nuevo
P.P. Don Hilarión Aguilar, informó que como ya se habían terminado de instalar
los cimientos de piedra de cantera, acababan de llegar y descargar 360 cargas
en carretas jaladas por mulas con piedra bola grande suficientes para rellenar
57 metros cúbicos alrededor de los cimientos, suspendiéndose nuevamente los
trabajos por falta de presupuesto.
El 10 de noviembre de 1898, ya
nuevamente en la Prefectura Don Luís Peregrina, continuó con la obra mandando
traer del río 280 carretas con piedra bola grande, 260 carretas con grava y 291
carretas con tierra arcillosa, y así durante cinco años más, continuaron con
esa, al parecer, interminable obra de instalación de los cimientos, los P.P. de
Acaponeta Don Nicanor Estrada, Don Hilarión Aguilar, Don Luís X. Gutiérrez y el
teniente coronel Don Gonzalo del Valle, hasta que el 10 de noviembre de 1903,
después de 15 años, por fin se dan por concluidos los trabajos de la
instalación de los cimientos de la nueva Casa Municipal durante la Prefectura
del Sr. Don Ramón Maciel.
En esa misma fecha, nuevamente en
una ceremonia especial, Maciel procede a colocar la primera piedra para - ahora
sí - para iniciar los trabajos de la construcción del edificio destinada a ser
la nueva Casa Municipal, y para ello, se contrató al Maestro de Obras Don
Víctor León a quien se encargó elaborar un plano o proyecto del nuevo edificio,
quien tuvo como auxiliar a Don Mateo Escobar.
14 meses después, el 14 de enero
de 1905, el mismo Don Ramón Maciel informó en el kiosco de la Plaza de
Acaponeta, que ya se estaba trabajando intensamente y en forma acelerada en la
construcción de la que sería la nueva Casa Municipal, agregando que recientemente
había recibido una circular del propio Presidente de la República general Don
Porfirio Díaz.
En ella decía que, por
disposición oficial, en toda la República Mexicana deberían estar listas y
terminadas las Casas Municipales para la celebración del 15 de septiembre de 1910,
con motivo del primer centenario del inicio de la Guerra de Independencia
iniciada por Don Miguel Hidalgo, ya que esa era también la fecha de su
cumpleaños.
Agregó Don Ramón que para esta
fecha, ya se habían terminado los cuatro salones frontales del piso bajo en
obra negra y que ya estaba por terminarse la escalera de acceso al segundo
piso.
El 14 de enero, nuevamente
informó que ya se estaba trabajando en los acabados de la escalera, en los
salones del segundo piso y en una torreta para en ella colocar un reloj
público.
Un mes después, el 9 de febrero,
nuevamente informó que ya se trabajaba en los balcones de piedra de cantera
labrada con barandales de fierro, y que ya se llevaban enjarrados 33 metros
cuadrados.
En Acaponeta y en casi todo el
país, desde años atrás siempre se había celebrado con grandes fiestas la fecha
de la firma del acta de la consumación de la Independencia realizada por el
coronel criollo Don Agustín de Iturbide el 27 de septiembre de 1821, y así
debería de seguir siendo como lo es en los Estados Unidos y en todo
Latinoamérica.
Así, por esa extraña disposición
de Don Porfirio Díaz, únicamente en nuestro país se celebra el inicio de la
Guerra de Independencia y no la consumación, causando extrañeza a propios y
extraños.
El 1° de octubre de 1905, la
Asociación de Damas Católicas de Acaponeta, adquirió un reloj público de 4
carátulas para ser instalado en la cúpula del Templo Parroquial, pero el Sr.
Cura Don Buenaventura O’Connor les hizo ver la imposibilidad de instalarlo ahí
por encontrarse dicha torre en muy malas condiciones y su reparación tardaría
algún tiempo en realizarse, sugiriéndoles él mismo que lo donaran para que se
instalára en la torreta del Palacio Municipal.
Atendiendo esa sugerencia, las
damas católicas se contactaron con la Junta de Mejoras Materiales “Carmen
Romero de Díaz” que presidía la Srta. Enedina Lora, para el acto de entrega y
recepción.
El Prefecto Político de Acaponeta
Don Delfino A. Goyzueta, mandó traer de Guadalajara al prestigiado maestro
relojero Don Sebastián Enríquez Pérez quien llegó al tercer día procediendo de
inmediato a la instalación del reloj, sin estar aún la torreta totalmente
terminada.
Enseguida, el mismo P.P. Don
Delfino A. Goyzueta, procedió a inaugurarlo en ceremonia especial el día 23 de
octubre de ese mismo año 1905. 14 meses después, el 15 de diciembre de 1906, el
nuevamente P.P. de Acaponeta teniente coronel Don Gonzalo del Valle, informó
que con esta fecha quedaron ya totalmente enjarrados por dentro y por fuera el
primero y segundo pisos del Palacio Municipal, incluyendo la torreta del reloj
público.
Durante los años de 1907 a 1910,
continuaron con la obra de construcción del Palacio Municipal en forma
acelerada los Prefectos teniente coronel Don Gonzalo del Valle, Don Pedro
Peláez y Don José Rosal, ya que, según el compromiso, como ya antes se dijo,
debería quedar terminado e inaugurado el día 15 de septiembre de 1910 para las
fiestas del primer Centenario, pero por más que se apuraron, la obra no se pudo
terminar y haciendo de tripas corazón, Don José Rosal tuvo que presidir la
ceremonia de inauguración del Palacio sin haber estado terminado.
A pesar de eso, Don Rosal colocó
en la parte superior de la entrada principal, la fecha labrada en piedra 1910, la
cual indebidamente quitaron en 1999 después de 89 años de estar ahí, durante la
realización de los trabajos de restauración y ya no se volvió a colocar, (por
más que durante varios años he estado insistiendo a los H. Ayuntamientos
posteriores a esa fecha y no se ha atendido mi solicitud).
Después de la inauguración del
Palacio Municipal, los trabajos de la continuación de la obra quedaron
suspendidos, hasta que en 1913 los reanudó el P.P. Don Amadito Vázquez
(conocido como el boticario del pueblo) hasta 1915, para retomarlos el
siguiente Prefecto Don Mariano Robles, último Prefecto Político de Acaponeta.
La obra de construcción quedó
nuevamente suspendida a causa del triunfo de la Revolución Constitucionalista y
la desaparición de las Prefecturas, instalándose en su lugar los ahora
Municipios en 1917 con la extinción del Territorio de Tepic y el nacimiento del
nuevo Estado de Nayarit.
A partir de 1918, el primer
Presidente Municipal del ahora Municipio de Acaponeta, Don Miguel Romero,
continuó con la obra que continuaron los siguientes alcaldes hasta que por fin,
en el año de 1952 pudo terminarla el C. Presidente del XIX H. Ayto. Municipal,
Don José Andrés Tejeda.
42 años después de su inauguración el Sr. Cura Don José de Jesús
Valencia, me comentó que frecuentemente visitaba al ya anciano Maestro de obras
Don Víctor León quien en 1950, quien le mostró los planos originales del
Palacio Municipal, expresándole su pesar por no estar aún terminado después de
tantos años.
En 1999, el C. Presidente
Municipal del XXXIV H. Ayto. Don José Chávez Rodríguez tuvo que tramitar
presupuesto para la total restauración del Palacio Municipal que era ya una
ruina, el cual se consiguió con la anuencia y supervisión del INAH y el valioso
apoyo del C. Gobernador del Estado Rigoberto Ochoa Zaragoza.
Como caso curioso, quiero
mencionar que meses atrás ocurrió in incidente que preocupó mucho a las
autoridades dándole la debida importancia al problema, pues sucedió que el Sr.
Don Carlos Ramírez Sierra (+) estacionó su camioneta al lado poniente de la
entrada del Palacio y al bajarse y abordar la banqueta, a escaso medio metro
cayó junto a él una enorme piedra de cantera, desprendida de uno de los
balcones que ya se estaban cayendo a pedazos, lo que estuvo muy cerca de ser un
accidente fatal.
Durante el Gobierno del C. Presidente
del XXXIX H. Ayto. Municipal Efraín Arellano Núñez, se volvió a remodelar el
Palacio Municipal junto con la Casa de la Cultura y el Templo Parroquial,
pintándose esos 3 monumentos históricos del mismo color y colocándoseles
también iluminación nocturna, todo con la autorización y supervisión del INAH y
del Gobierno Estatal.
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