LAS CHICHARRAS

 

Julio 21 de 2021 (Héctor Aguayo/National Geographic Español): - Cada verano, Acaponeta recibe varias visitas de la naturaleza, los zancudos, los patos pipichines, las isas, los sapos, las palomillas (que en realidad son termitas), hormigas con alas y una visita que anuncia dos cosas, la llegada de los fuertes calores y que las lluvias están cercas: Las Chicharras.

Esta especie que a muchos gusta, otros molesta y para colmos llegan a los hogares donde hay focos que se adhieren a las paredes unas para amanecer muertas otras más para estar en agonía.

Sin embargo, hay muchas particularidades de esta especie que no son tan conocidas por nosotros, cuando la larva deja el huevo, se entierran hasta alcanzar la forma adulta como todos las conocemos.

Mientras se desarrollan su crecimiento puede durar algunos años para poder estar lista y así poder salir al medio ambiente para deleitarnos con su tradicional sonido.

Otro punto importante es que quien emite dicho sonido son los machos, que es como se llama al chirriar de la chicharra, esto lo hacen para marcar su territorio, como alarma o bien para atraer a las hembras.

Ya quienes son ellas que pueden escuchar dicho sonido a más de un kilómetro de distancia.

Estos animalitos suelen cantar mucho muy fuerte cuando las temperaturas de calor son mayores, por esa razón su sonido suele ser constante durante las horas de luz del día, quizás, tal vez, no se puede asegurar que de ahí viene el dicho ‘te vas a achicharrar’ bajo el sol.

El sonido de las chicharras es similar al sonido de las ramas de los árboles, por esa razón durante el día no es fácil observarlas, contrario de lo que se puede pensar que fáciles de agarrar, lo cierto es que son expertas en esconderse.

Las chicharras en Acaponeta pueden ser vistas por las noches durante el verano, que es cuando están expuestas a que alguien las agarre, o accidentalmente las mate en carro porque se van directo a los faros, o bien, algún gato que no haya sido alimentado correctamente bien se alimente de ellas.