Agosto 02 de 2021 (Néstor Chávez
Gradilla [Historiador y Cronista Vitalicio del Municipio de Acaponeta]): - Me
resolví a escribir estas notas inspirado por algunas cosas que con tristeza y
desesperación vengo observando en nuestra milenaria ciudad desde hace algún
tiempo. Acaponeta, está poco a poco volviéndose una ciudad ruinosa, sucia,
oscura y olvidada.
Para poner algunos ejemplos, diré
que, en días pasados, aprovechando el puente que hubo, vinieron algunas gentes
que viven fuera de aquí y, estando en la calle Veracruz en el banquetón del
mercado Corona, vieron como a las 6 de la tarde que la calle estaba infestada
de basura y me tronó el estómago al escuchar cuando una señora del grupo dijo:
“¡Miren nomás que asco! - ¡y eso que ésta es la Atenas Nayarita!”
¡Ah!, pero también escuché a
otros ciudadanos lo siguiente: el primero, le pidió a un policía del Mercado
que le dijera a un automovilista que no estacionara su carro frente a la rampa
- acceso a discapacitados y el policía le contesto: - “¿y si se enoja?”.
Otro más, le dijo también a otro
policía del mercado, que les llamara la atención a los que tiran vasos, envases
de botellas, bolsas de plástico y otros desechables a la calle y que se los
llevaran al depósito de la esquina y el guardia le dijo: - - “¡a nosotros, no
se nos ha dado esa orden!”. –
Por otra parte, yo personalmente
les dije a algunos comerciantes del frente del Mercado, que por las mañanas
barrieran la parte de calle que les toca, pero siempre contestan que no tienen por
qué barrer la basura que ellos no tiraron.
Hace ya poco más de un año, nos
tocó a los Cronistas de Nayarit y Sinaloa, estar en una reunión anual de La
Crónica Nayarita y La de Sinaloa, en la Ciudad “Pueblo Mágico” de Compostela y
me maravilló admirar entre las 9 y 10 de la noche el centro de la ciudad
totalmente limpio e iluminado, incluyendo su templo parroquial, por lo que
podía verse la Plaza llena de gente a esas horas.
Igualmente, me tocó hace unos
meses estar en la vecina población de Tecuala también a las 9 de la noche, y
ver su plaza, el Palacio Municipal y sus calles, totalmente iluminadas al grado
de que se siente bien andar a esas horas con esa agradable iluminación; dice
también el Lic. García que, en la vecina población de La Concha, existe una muy
bonita y admirable iluminación nocturna, al grado de que en la noche parece que
es de día; todo lo contrario de nuestra triste y olvidada Acaponeta. - ¿por qué
nos hemos quedado tan atrás? –
En la ciudad del Acaponeta de
hoy, las calles lucen oscuras con lámparas de luz tenue y mortecina tal y como
si se iluminara con velas, aparte de las muchas que desde hace varios meses
están fundidas y apagadas.
Todavía me acuerdo en la campaña
anterior, cuando los candidatos a regidores juraban y se comprometían con el
pueblo que siempre estarían al pendiente de eso y la realidad fue otra - ¿irá a
ser lo mismo con los nuevos candidatos? - Es posible, porque a través de los
años, siempre ha sido lo mismo.
El Mercado Corona es el mismo que
se construyó desde hace ya 84 años, al que ni a él ni a su antiguo y derruido
banquetón, no se les ha hecho ningún cambio ni labor de mantenimiento notorio,
viéndose hoy viejo, triste y ruinoso.
En Tecuala, sus gobernantes no
han parado de adoquinar y pavimentar calles, en cambio en Acaponeta, dicha
labor se suspendió totalmente desde el periodo del Malaco, quedando pendientes
muchas calles del centro histórico. Las ciudades de Compostela, Santiago,
Ixtlán, Ahuacatlán y otras más ya están casi al 100%, adoquinadas o
pavimentadas.
Vemos cientos de casas viejas
abandonadas y en ruinas, casas en las que tiempo atrás vivieron familias de
Acaponetenses. Hace días pasé y vi la ya abandonada y en ruinas “Astoria Club”,
lugar de tantos recuerdos hermosos del pasado, suntuosos bailes, aniversarios,
fiestas, festivales, bodas, quinceañeras, reuniones, mítines políticos etc.
actividades que hoy con tristeza vemos que ya son cosa del pasado.
La vieja y ya ruinosa casa que
fuera el hogar del afamado poeta y activista cultural Guillermo Llanos. Yo
conocí a Don Guillermo Llanos Jaime y a Doña Martha Delgado, así como a sus
hijos Guillermo (Memo), Yolanda y Rosita que formaban una bonita y feliz familia.
Era una hermosa casa llena de amplios corredores y hermosos jardines llenos de
flores.
Ahí, Memo tenía al lado norte de
la casa su famoso Rincón Bohemio, donde hacía hermosas fiestas, convivencias y
reuniones de amigos. Hoy, ya todos ellos murieron y la casa quedó sola,
abandonada y en ruinas. Como esa, hay muchas más en esta ciudad, casas en
ruinas convertidas en nidos de alimañas y de malvivientes.
La antigua casona donde vivió y
murió la afamada poeta, escritora y activista cultural Sra. Ana María Gutiérrez
de Rentería. Esa histórica casa fue construida entre los años 1870 a 1880 por
Don Luís Peregrina, amigo, cuñado y compadre del afamado General Don Ramón
Corona, quien llegara a ser cinco veces Prefecto Político de Acaponeta. Luego
fue de su hijo Juan Peregrina, luego de su nieta Juanita Peregrina y por último
de Ana María Gutiérrez.
Ahí, esa señora fundó La
Asociación Cultural Ignacio Díaz y Macedo, mandó construir un amplio salón de
eventos culturales, en donde se presentó mi primer libro de La Historia de
Acaponeta en 1983, se le realizaron homenajes a personajes ilustres como:
Guillermo Llanos Delgado, Agapita Jordán Gama, Alí Chumacero, Inocente Díaz
Herrera, Yolanda Alduenda de Quintero, Chilo Morán y otros. Hoy, esa vieja e
histórica casona tan llena de nostálgicos recuerdos, está tristemente
abandonada y en ruinas.
Así, hay otras muchas casonas
viejas ya en ruinas como la de Las Navarro que está punto de caerse, la hermosa
casa de la Maestra Yolanda Alduenda de Quintero hoy abandonada, arruinada y en
venta; y otras muchas más, pues antes de que nos llegara La Pandemia, yo conté
más de cien casas viejas, destechadas, abandonadas y arruinadas.
En la Plaza M. Hidalgo hace
algunos años, en los domingos se reunía por las tardes toda la juventud acaponetense,
había serenatas en el Kiosco, La plaza se veía bonita y bien iluminada con
aquellos hermosos e históricos arbotantes (que estaban desde 1919) de 5
lámparas, hoy desaparecidos.
En su lugar, se pusieron unas
nuevas luminarias muy altas y de muy escasa iluminación (parece la luz de una
vela) que por las noches mantiene a la plaza en tinieblas y es la creencia de que,
por esa causa, se perdió la bonita costumbre antes citada. Esto, ahora es
aprovechado por las apasionadas parejitas que afanosamente buscan lo más
oscurito para dar rienda suelta a sus bajos instintos carnales.
Sería mucho pedirles a las
autoridades entrantes que se comprometiera a:
Una nueva y atractiva iluminación
no solo en La Plaza Hidalgo sino en todo el centro histórico de Acaponeta incluyendo
los barrios y las colonias en donde hay infinidad de lámparas fundidas, para no
seguir quedándonos atrás.
Una exhaustiva y minuciosa
revisión del Muro o Bordo del río el cual, según opinión de vecinos del lugar y
algunos entendidos en la materia, quedó muy dañado desde la última inundación
de 2018.
La urgente terminación de adoquinamiento
o pavimento, de las restantes calles del centro histórico de la ciudad, que es
lo primero que ven los visitantes que llegan de fuera.
Que se implemente un permanente
sistema encargado de mantener siempre limpio de basura el centro de la ciudad,
dándoles instrucciones a los policías de guardia en ese lugar, que les llamen
la atención a la gente cochina e inconsciente que arroja vasos, bolsas
desechables, botellas de plástico, papeles y cáscaras de frutas a la calle.
Que se cambien las lámparas de
tan pobre iluminación nocturna del Mercado y calles céntricas, por otras que
mantengan plenamente iluminado el centro de la ciudad, para eliminar este
tétrico aspecto de oscuridad deprimente, en esta tan olvidada ciudad antes
llamada La Atenas Nayarita.
Que se mande arreglar
urgentemente el viejo e histórico puente Ramón Corona del antiguo Camino Real
que pasa por el arroyo de La Viejita, pues cada vez está más derruido porque no
se le ha dado ningún tipo de mantenimiento desde que se inauguró en 1910.
Que volvieran a colocar el
gallito que existía en la punta del techo del Kiosco, desde 1926. Que se
volviera a colocar la placa con la fecha de la inauguración del Palacio Municipal
del año de 1910, que estaba colocada en la parte superior de la puerta de
acceso al edificio, que fue retirada en 2014, cuando se restauró totalmente
viejo y derruido edificio.
Que se restituya la iluminación
nocturna del Palacio Municipal, del Templo Parroquial y de La Casa de La
Cultura, edificios dignos de mejor atención por parte de las Autoridades.
En la esperanza de que las
entrantes autoridades municipales tengan o tomen esto en cuenta, expongo pues
estas personales opiniones y sugerencias, abiertas a la opinión y
enriquecimiento de estas por parte de mis amables lectores y de la ciudadanía
acaponetense.