Hoy en día escuchamos de manera frecuente que muchas personas
son cristianas porque se encuentran inmersas en su fe sea católica, bautista,
evangélica, presbiteriana, luz del mundo, apostólicos, testigos de jehová,
mormón o bien practicante de la adivinación.
Todas esas diversidades existentes han hecho que tan solo
unos pocos manifiesten lo que es el verdadero cristianismo, por una sencilla
razón, el evangelio cuesta mucho esfuerzo.
La palabra de Dios tiene muchos enemigos, incluyendo los
suyos, eso lo podemos ver en los cuatro evangelios donde se puede corroborar lo
que le digo a través de Jesucristo quien realiza un confrontamiento a los
maestros de su época con la misma Palabra de Dios.
Esos maestros de ese tiempo tergiversaron a sus intereses
personales el propósito de YHWH, sucedió, por una sencilla razón, el pueblo
dejo leer, se dejó guiar por lo que le decían esos líderes y nunca acudieron a
la fuente fidedigna que son la escrituras, por ellos no pudieron percatarse que
les estaban mintiendo.
Con la llegada del hijo de Dios, los maestros de esa época se
pusieron a temblar porque la verdad había llegado y todas esas malas
interpretaciones fueron aclaradas en su momento delante de toda la población.
Por supuesto que eso molestó en gran manera a esos sabios que
buscaron matarlo una y otra vez hasta lograrlo, sin saber que ya estaban
totalmente derrotados en la cruz.
Hoy en día esa misma historia se repite, la palabra de Dios
ha sido corrompida a tal grado que hasta vergüenza decir que son siervos del
Altísimo cuando en realidad son siervos de Satanás.
Ante ese descuido deliberado, nos ha llevado a una gran
apostasía, haciendo que muchos creyentes vayan en pos de otras religiones que
ofrecen mucho y cuyo resultado es nada, han dejado la senda que conduce a la
verdadera vida y se han puesto adorar a las creaciones que Él hizo.
Por razón, hoy en día se busca eliminar a la Biblia, porque
dice la verdad tal como es, quieren quitarla porque ahí se muestra cómo se
mofan, manipulan y confunden a las personas, así como el final que les espera a
esos falsos líderes.
Es triste porque no saben en manos de quien están, no saben
que los conducen hacia la condenación eterna, aunque juren que eso no es
verdad.
Más no todo está perdido para quien desee redireccionar sus
pasos, para quien desee encontrar sanidad en su ser interno, descansar en paz
en ese Dios que parece estar tan lejano cuando está más cerca que una pestaña.
Es ese Dios el cual sigue diciendo hoy en día a toda la
humanidad: “Así dice Jehová a la casa de Israel: Búscame, y vivirás” (Amós 5:4)
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