Acaponeta, Nayarit; Julio 16
de 2013 (Héctor Aguayo):-- Hoy en día muchas personas gustan de disfrutar temas
que alaban a Dios, que expresan su agradecimiento, que les transmite buena
vibra o un excelente karma.
Hablar de la música de Dios es
tocar un tema que por mucho tiempo permaneció de manera exclusiva para ser
cantada únicamente dentro del templo, cumpliéndole al Santo Padre, se busca la
música de agrado personal.
Esto ha sido lo que hemos
vivido durante siglos, los cantos que se interpretan son de todos conocidos, la
música tiene también su dogma, en la década de los 70’s el mover de Dios tuvo
un despertar dentro de las Iglesias Evangélicas y toda aquella música que era
conservadora, sencillamente se renovó, sobre todo en la década de los 80’s.
Los cambios de Iglesias
Luteranas, anglicanas, Bautistas, Metodistas tuvieron una gran repercusión en
toda latinoamericana, de ahí surgieron importantes grupos que hoy son
considerados como grandes precursores de lo que es la Alabanza y Adoración,
exponentes de Guatemala, Argentina, Costa Rica, México realizaron importantes
aportaciones.
Los hermanos separados se
actualizaron, se renovaron realizando retiros espirituales acordes a las
necesidades de los niños, adolescentes, jóvenes, adultos y adultos de la
tercera edad.
Una vez crecido el movimiento
y fortalecido los resultados esperados, catapultaron a una gran cantidad de
personas, es entonces cuando el Movimiento de la Renovación del Espíritu Santo
dentro del seno Católico, toma ideas y conceptos para evitar que los jóvenes se fueran tras los hermanos
separados ofreciéndoles pláticas, conversaciones casi parecidas a los que los evangélicos
realizan.
El punto clave fue la
inclusión de una gran cantidad de temas evangélicos que son sumamente populares
como lo es ‘Renuévame’, ‘Purifícame’, ‘100 Ovejas’, ‘Los Carros del Faraón’,
‘Que Viva Cristo’, ‘La Barca’, ‘Más Allá del Sol/La Gloriosa Mañana’, ‘Yo Tengo
Un Amigo Que Me Ama’, ‘Alabaré, Alabaré’, ‘Yo Celebraré’ son algunos de los
temas que han recurrido avivando a su fieles.
Para quienes son considerados
como hermanos separados, no les molesta en lo más mínimo que sus cantos sean
interpretados dentro de su iglesia, porque saben bien el impacto espiritual que
ocasionara en la vida de quienes gusten de esa música de manera positiva.
Al preguntarle a uno de sus
dirigentes sobre la influencia que la música católica tiene en ellos, afirman
que eso no se ha dado, ya que, de una u otra manera ellos se dan cuenta cuando
un canto no es evangélico.
Admiten que existen muchas
personas que llevan temas populares dentro a las iglesias, como canciones y no
como alabanza y adoración, ellos afirman que esas canciones no son bien
recibidas porque denotan que hay una influencia del pasado, porque cuando un verdadero
encuentro con Cristo Jesús, las cosas
pasadas son hechas totalmente nuevas.
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